Por David Mandel desde Jerusalem
"Ahora es el verano de nuestro descontento"
"¡A tus carpas, O Israel!
Los descontentos y la camisa
¿Quién financia las carpas y las manifestaciones?
De carpas a carpas
Yo protesto, tú protestas, él protesta, nosotros protestamos
Si yo fuera Rothschild
Israel no es Egipto y Tel Aviv no es Londres
"¡A tus carpas, O Israel!
Los descontentos y la camisa
¿Quién financia las carpas y las manifestaciones?
De carpas a carpas
Yo protesto, tú protestas, él protesta, nosotros protestamos
Si yo fuera Rothschild
Israel no es Egipto y Tel Aviv no es Londres
"Ahora es el verano de nuestro descontento"
Me he prestado la frase de Shakespeare, "Now is the winter of our discontent",
(frase inicial de su drama "Ricardo III"), para yo también utilizarla
como frase de introducción, claro que cambiando la temporada, ya que en
Israel estamos ahora en verano y no en invierno.
En
invierno el frío, las lluvias y el viento desanimarían hasta a los más
entusiastas descontentos. Pero en verano, dormir durante un par de
semanas en carpas, instaladas en bulevares y parques, es más fresco que
hacerlo en departamentos calurosos. Y no hay necesidad de pagar
electricidad por el aire acondicionado.
"¡A tus carpas, O Israel!
Hay una frase francesa que dice, Plus ça change, plus c'est la même chose,
(Mientras más cambia, más es lo mismo"). El Rey Salomón, autor de
Eclesiastés, expresó el mismo sentimiento con las siguientes palabras: "Lo que ya ha acontecido volverá a acontecer, lo que ya se ha hecho se volverá a hacer, y no hay nada nuevo bajo el sol", (Eclesiastés 1:9).
Hay
interesantes paralelismos entre los eventos bíblicos y lo que sucede en
nuestros días. El siguiente verso, (he cambiado unicamente la palabra
"rey" por "gobierno"), describe con exactitud lo que esta ocurriendo
hoy:
"Cuando
se dieron cuenta que el gobierno no les escuchaba, los israelitas
exclamaron, ¡A tus carpas, pueblo de Israel! ¿Qué parte tenemos con el
gobierno?"(1 Reyes 12:16).
Los descontentos y la camisa
La
economía mundial está pasando por un momento de graves problemas.
Grecia, Italia, España y Portugal están en peligro de quebrar. El
desempleo, en la mayoría de los países europeos y también en los Estados
Unidos (9%), es mayor que el de Israel, (hoy 6.4%, uno de los más bajos
desde que el país se independizó hace 63 años). Decenas de miles de
americanos no pueden pagar las hipotecas de sus casas y no podrán evitar
perderlas.
En
Israel la situación es incomparablemente mejor. La moneda es fuerte, la
inflación es baja y está controlada. Cientos de miles de israelíes,
este mes, están disfrutando de vacaciones en el extranjero,
especialmente en las islas griegas. En los restaurantes hay que reservar
sitio con anticipación para asegurarse de tener mesa. Una reciente
encuesta encontró que la gran mayoría de los israelíes están satisfechos
y contentos de vivir en Israel.
La
mayoría de los que protestan en las carpas son de clase media, tienen
título universitario y empleo. No hay entre ellos, (o hay muy pocos),
gente que no tiene que comer o donde dormir. Expresándolo en forma
metafórica, se podría decir que los manifestantes no se quejan por no
tener camisa, sino por el exorbitante costo de lavarla, lo cual por
supuesto, es una queja legítima y justificada, pero hay que tomar las
cosas en su debida proporción.
¿Quién financia las carpas y las manifestaciones?
Este
no es un caso de cherchez la femme, aunque no se puede descartar la
posibilidad de una discreta intervención de la señora Zippy Livni, jefe
de Kadima, principal partido de oposición al gobierno. Más bien, se debe
aplicar la frase de la película de Tom Cruise, "Jerry Maguire": Show me
the money!
Las
carpas, los cartelones, y las miles de camisetas impresas con slogans y
distribuidas gratis a los manifestantes, cuestan dinero. Ya que todos
sabemos que el dinero no crece en los árboles, ni siquiera en los
frondosos árboles del bulevar Rothschild, una pregunta natural es,
¿Quién los financia?
En
los primeros días esto era un misterio, pero ya se está aclarando. Un
judío americano millonario, S. Daniel Abraham, con simpatía hacia la
izquierda israelí y antipatía a los asentamientos en Judea y Samaria
declaró que apoyaba con dinero las demostraciones que, según él, eran en
contra de los asentamientos y en pro de la paz. La Unión Nacional de
Estudiantes Israelíes expresó que contribuye a la financiación de las
protestas. Y, last but not least, el New Israel Fund, (Organización No
Gubernamental, recibe donaciones de países extranjeros y financió a
organizaciones e individuos que proporcionaron información distorsionada
a Goldstone, autor del infame reporte que lleva su nombre), reconoció
que financia y apoya en distintas formas a los manifestantes.
De carpas a carpas
Pasear
por el Bulevar Rothschild de Tel Aviv y ver toda una ciudad de carpas
entre los árboles de la franja central me trae a la memoria las ciudades
de carpas y construcciones endebles de los primeros años del Estado,
donde, durante meses, fueron alojados cientos de miles de refugiados
procedentes de Europa, Asia y África, sobrevivientes de los campos de
concentración, escapados o expulsados de los países islámicos, gente sin
dinero, sin conocimiento del idioma, sin trabajo, sin tener idea de lo
que sería su futuro.
Es
muy posible que entre los descontentos, que han decidido manifestar su
protesta durmiendo en carpas durante algunas semanas de verano, se
encuentren nietos de los olim de los años 50.
¿Qué
pensarían los inmigrantes de esa época si, por un milagro de la ciencia
ficción, visitasen el Bulevar Rothschild, y viesen a sus nietos, o a la
generación de sus nietos, gente nacida en el país, con completo dominio
del idioma, títulos universitarios, y empleos honrosos viviendo en
carpas?
Yo protesto, tú protestas, él protesta, nosotros protestamos
En Rothschild hay protestas para todos los gustos. Hay quienes protestan contra el dinero que se destina para construir los asentamientos. Otros protestan por la congelación de las construcciones en los asentamientos, a lo cual atribuyen la escasez de viviendas. Protestan drusos israelíes que hacen servicio militar, y luego carecen de oportunidades para progresar. Protestan árabes israelíes quejándose de que el gobierno hace caso omiso de las necesidades de sus pueblos. No faltan encuentros a golpes entre gente que protesta por temas opuestos.
En Rothschild hay protestas para todos los gustos. Hay quienes protestan contra el dinero que se destina para construir los asentamientos. Otros protestan por la congelación de las construcciones en los asentamientos, a lo cual atribuyen la escasez de viviendas. Protestan drusos israelíes que hacen servicio militar, y luego carecen de oportunidades para progresar. Protestan árabes israelíes quejándose de que el gobierno hace caso omiso de las necesidades de sus pueblos. No faltan encuentros a golpes entre gente que protesta por temas opuestos.
Pero
el premio a la mejor protesta se le debe conceder a los que defienden
los derechos de los animales. Protestan contra el robo de leche a las
vacas que hacen los seres humanos, lo cual va en desmedro de los
derechos de los terneros. Protestan que las vacas son ordeñadas
diariamente y no se les da un día de vacaciones.
"Si yo fuera Rothschild"
La versión israelí de la canción If I were a rich man de la obra musical El violinista en el tejado lleva el título Lu hayiti Rothschild,
("Si yo fuera Rothschild), refiriéndose a la famosa y multimillonaria
familia Rothschild, banqueros judíos que, durante generaciones, fueron
los judíos más ricos del mundo. Por supuesto que hoy ya hay muchos que
los han pasado, incluso en Israel, y de lejos, pero el nombre y la fama
les quedan.
Una
de las avenidas más elegantes de Tel Aviv es el Bulevar Rothschild,
ancha, de doble pista, con una amplia franja central adornada con
árboles y bancas. Es una ironía, posiblemente no planeada, que la
avenida que conmemora, (no por su riqueza sino por su filantropía,
generosidad y amor a Israel), a una familia millonaria, sea el marco de
una protesta de gente de clase media que se siente oprimida por los
altos impuestos del país, que considera que su trabajo y su esfuerzo no
son remunerados en forma apropiada, y que teme que su gobierno los ha
olvidado.
Israel no es Egipto y Tel Aviv no es Londres
Los
"protestantes" han organizado ya varias manifestaciones en distintas
ciudades, cada vez con mayor cantidad de gente. En la última
participaron varios cientos de miles en todo el país. A diferencia de lo
que sucedió en los países árabes, la policía no intervino, no hubo un
solo herido y, por supuesto, ni una sola fatalidad. Los manifestantes
piden justicia social pero no piden cambio en el gobierno porque saben
que en Israel la única forma de cambiar un gobierno es mediante
elecciones.
En
Londres y otras ciudades de Gran Bretaña hay, en estos días, una ola de
vandalismo, disturbios, robos y saqueos, vehículos incendiados, arresto
de cientos. En Tel Aviv la peor queja que podrían tener los residentes
del Bulevar Rothschild es que la música de jazz, las guitarras y las
canciones hasta tempranas horas de la madrugada, molestan su descanso.
En Londres, en los barrios de los disturbios, el aire huele a gasolina y
cenizas. En Tel Aviv, el Bulevar Rothschild tiene un olor que recuerda
más a otras yerbas que al tabaco.
Y
hablando de tabaco, yo, personalmente, no fumo, pero, por curiosidad
fui a la bodega y pregunté cual es el precio de una cajetilla de
cigarrillos. Me informaron que fluctúa entre 17 shekels a 24 shekels.
Asumiendo que el fumador promedio fuma media cajetilla al día, es decir
un gasto de 8.50 shekels, y compra el más barato, en un año quemaría
3,100 shekels, que, al cambio de hoy, es cerca de US $900.oo dólares.
Y
aquí va mi contribución para mejorar la situación de la clase media:
sugiero a los que están en las carpas que, si tienen el habito de fumar,
con un pequeño esfuerzo de voluntad, tendrían disponibles US $900.oo
adicionales cada año, (el doble si su pareja también fuma), o tal vez
aún más, si fuman más de media cajetilla y no se contentan con la marca
más barata.
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